jueves, 9 de agosto de 2012


EL MATRIMONIO DESDE EL PUNTO DE VISTA CRISTIANO


EL PRIMER MATRIMONIO:

Dios el Señor formo al hombre de la tierra misma, y soplo en su nariz y le dio vida. Asi el hombre comenzó a vivir.

Luego, Dios el señor dijo: No es bueno que el hombre este solo. Le voy a hacer alguien que sea una ayuda adecuada para el. Y Dios el Señor formo de la tierra todos los animales y todas las aves, y se los llevo al hombre para que les pusiera nombre. El hombre les puso nombre a todos los animales salvajes, y ese nombre se les quedo.

Sin embargo, ninguno de ellos resulto ser la ayuda adecuada para el. Entonces Dios el Señor hizo caer al hombre en un sueño profundo y, mientras dormía, le saco una de las costillas y le cerro otra vez la carne. De esa costilla Dios el Señor hizo una mujer, y se la presento al hombre, el cual, al verla, dijo:

Esta si que es de mi propia carne y de mis propios huesos. Se va a llamar  mujer porque Dios la saco del hombre.

Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos llegan a ser como una sola persona.

Tanto el hombre como su mujer estaban desnudos, pero ninguno de los dos sentía vergüenza de estar asi.

EL MATRIMONIO Y SUS RESPONSABILIDADES

Bueno seria que el hombre no se casara; pero a causa de la inmoralidad sexual, cada uno debe tener su propia esposa, y cada mujer su propio su propio esposo. Y tanto el esposo como la esposa deben cumplir con los deberes propios del matrimonio.



Ni la esposa es dueña de su propio cuerpo, puesto que pertenece a su esposo, ni el esposo es dueño de su propio cuerpo, puesto que pertenece a su esposa.

Por lo tanto, no se nieguen el uno al otro, a no ser que se pongan de acuerdo en no juntarse por algún tiempo para dedicarse a la oración. Después deberán que por no poder dominarse volver a juntarse; no sea que, por no poder dominarse, Satanás los haga pecar.

Pero a los que ya están casados, les doy este mandato, que no es mió, sino del Señor: que la esposa no se separe de su esposo. Ahora bien, en caso de que la esposa se separe de su esposo, deberá quedarse sin casar o reconciliarse con el. De la misma manera, el esposo no debe divorciarse de su esposa.

SUMISION, RESPETO Y AMOR

Sométanle los unos a los otros, por reverencia a Cristo.
Esposas estén sujetas a sus esposos como al Señor.

Porque el esposo es cabeza de la esposa, como Cristo es cabeza de la iglesia.Cristo es tambien el salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo; y asi como la iglesia esta sujeta a Cristo, asi tambien las esposas deben estar en todo sujetas a sus esposos.

Esposos, amen a sus esposas como cristo amo a la iglesia y dio su vida por ella. Esto lo hizo para consagrarla, purificándola por medio de la palabra y del lavamiento del agua para presentársela a si mismo como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino consagrada y perfecta.

Así como el esposo ama a su propio cuerpo, asi debe amar tambien a su esposa.


 El que ama a su esposa, se ama  a si mismo. Porque nadie odia su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida, como Cristo hace con la iglesia, porque ella es su cuerpo.

Y nosotros somos parte de ese cuerpo. Por eso, el  hombre dejara a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos serán como una sola persona.

Esto es un secreto muy grande; pero yo me estoy refiriendo a Cristo y a la iglesia. En todo caso, que cada uno de ustedes ame a su esposa como a si mismo, y que la esposa respete al esposo. (Efesios 5: 21-33).

ESPOSOS Y PADRES

EL PADRE SOSTIENE LA FAMILIA:

Al hombre le dijo:

Como le hicisteis caso a tu mujer y comiste el fruto del árbol del que te dije que no comieras, ahora la tierra va  a estar bajo maldición por tu culpa; con duro trabajo la harás producir tu alimento durante toda tu vida.

La tierra te dará espinos y cardos, y tendrás que comer plantas silvestres. Te ganaras el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste formado, pues tierra eres y en tierra te convertirás.
(Génesis 3: 17-19).

EL PADRE PROTEGE A LA FAMILIA:

Esta es la historia de Noé:

Noé era un hombre muy bueno, que siempre obedecía a Dios. Entre los hombres de su tiempo, solo el vivía de acuerdo con la voluntad de Dios.

Noé tuvo tres hijos, que fueron Sem, Cam y Jafet.

Para Dios, la tierra estaba llena de maldad y violencia, pues toda la gente se había pervertido.

Al ver Dios que había tanta maldad en la tierra, le dijo a Noe: He decidido terminar con toda la gente.

Por su culpa hay mucha violencia en el mundo, asi que voy a destruirlos a ellos y al mundo entero.

Construye una barca de madera resinosa, haz cuartos en ella, y tapa con brea todas las rendijas de la barca por dentro y por fuera, para que no le entre agua. Haz la barca de de estas medidas: ciento treinta y cinco metros de largo, veintidós metros y medio de ancho, y trece metros y medio de alto.

 Hazla de tres pisos, con una ventana como a medio metro del techo, y con una puerta en uno de los dos lados.

Yo voy a mandar un diluvio que inundara la tierra y destruirá todo lo que tiene vida en todas  partes del mundo. Todo lo que hay en la tierra morirá. Pero contigo estableceré mi pacto, y en la barca entraran tus hijos, tu esposa, tus nueras y tú.

(Génesis 6: 9- 18).

EL PADRE DE LOS CREYENTES

Cuando Abran tenia noventa y nueve años, el Señor se le apareció y le Dijo: 

Yo soy el Dios todo poderoso; vive una vida sin tacha delante de mí, y yo haré un pacto contigo: haré que tengas muchísimos descendientes.

Entonces Abraham se inclino hasta tocar el suelo con la frente, mientras Dios seguía diciéndole:
Este es el pacto que hago contigo: tu ceras el padre de muchas naciones, y ya no vas a llamarte Abraham. Desde ahora te llamaras Abrahán, porque te voy a hacer padre de muchas naciones.

 Haré que tus descendientes sean muy numerosos; de ti saldrán reyes y naciones. El pacto que hago contigo, y que haré con todos tus descendientes en el futuro, es que yo seré siempre tu Dios y el Dios de ellos. (Génesis 17: 1-7).

EL PADRE GUIA ESPIRITUAL DE LA FAMILIA

Por todo esto, respeten al Señor y sírvanle con sinceridad y lealtad.Apartense de los Dioses que sus antepasados adoraron a orillas del rió Eufrates y en Egipto, y sirvan al Señor.

Pero si no quieren servir al Señor, decidan hoy a quien van a servir: si a los dioses a los que sus antepasados servían a orillas del Eufrates, o a los dioses de los amorreos que viven en esta tierra. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor.
 (Josué 24: 14-15).

EL PADRE, SACERDOTE DEL HOGAR

En la región de Uz había un hombre llamado Job, que vivía una vida recta y sin tacha, y que era un fiel servidor de Dios, cuidadoso de no hacer mal a nadie. Job tenía siete hijos y tres hijas, y era dueño de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas asnas. Tenía tambien un gran número de esclavos. Era el hombre más rico de todo el oriente.

Los hijos de Job acostumbraban celebrar banquetes en casa de  cada uno de ellos, por turno, y siempre invitaban a sus tres hermanas. Terminados los días del banquete, Job llamaba a sus hijos y, levantándose de mañana, ofrecía  holocaustos por cada uno de ellos, para purificarlos de su pecado.


Esto lo hacia Job siempre, pensando que sus hijos podían haber pecado maldiciendo a Dios en su interior. (Job 1: 1-5)

LA PARABOLA DEL PADRE

Jesús contó esto tambien: Un hombre tenía dos hijos, y el más joven le dijo a su padre: Padre dame la parte de la herencia que me toca. Entonces el padre repartió los bienes entre ellos. Pocos días después el hijo menor vendió su parte de la propiedad, y con ese dinero se fue lejos, a otro país, donde todo  lo derrocho llevando una vida desenfrenada.

Pero cuando ya se lo había gastado todo, hubo una gran escasez de comida en aquel país, y el comenzó a pasar hambre.

Fue a pedir trabajo a un hombre del lugar, que lo mando a sus campos a cuidar cerdos. Y tenia ganas de llenarse el estomago con las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie se las daba.

Al fin se puso a pensar: ¡Cuantos trabajadores en la casa de mi padre tienen comida de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre ¡ regresare a casa de mi padre, y le diré : Padre mió, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo; trátame como a uno de tus trabajadores. Asi que se puso en camino y regreso a la casa de su padre.

Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión de el. Corrió a su encuentro, y lo recibió con abrazos y besos. El hijo le dijo: Padre mió, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo.

Pero el padre ordeno a sus criados: Saquen pronto la mejor ropa y vístanla; pónganle  tambien un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el becerro mas gordo y mátenlo. ¡Vamos a comer y  a hacer Fiesta ¡Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir;  se había perdido y lo hemos encontrado. Y comenzaron a hacer fiesta.


NI CON EL PETALO DE UNA ROSA

En cuanto a ustedes, los esposos, sean comprensivos con sus esposas. Denles el honor que les corresponde, no solamente porque la mujer es mas delicada, sino tambien porque Dios en su bondad les ha prometido a ellas la misma vida que a ustedes. Háganlo asi para que nada estorbe sus oraciones. (San Pedro 3: 7)

ESPOSAS Y MADRES

UN HOMBRE Y UNA MUJER

Abraham era ya muy viejo, y el Señor lo había bendecido en todo. Un  día llamo al más viejo de sus siervos, el que estaba a cargo de todo lo suyo, y le dijo: Pon tu mano debajo de mi muslo, y júrame por el Señor, el Dios del cielo y de la tierra, que no dejaras que mi hijo Isaac se case con una mujer de esta tierra de Canaan, donde yo vivo, sino que iras a mi tierra y escogerás una esposa para el entre las mujeres de mi familia.

El siervo le contesto:

Pero si la mujer no quiere venir conmigo. ¿Que hago?
¿Debo entonces llevar a su hijo a la tierra de donde usted salio?

Abraham le dijo:

    ¡No, no lleves allá a mi hijo   ¡ El Señor, el Dios del cielo, que me saco de la casa de mi padre y de la tierra de mis parientes y  me prometió dar esta tierra a mis descendientes, tambien enviara su ángel delante de ti para que traigas de allá una esposa para mi hijo.

Si la mujer no quiere venir contigo, quedaras libre de este compromiso, pero ¡de ninguna manera lleves allá a mi hijo ¡ (Génesis 24: 1-8 ).


GANANDOSE AL ESPOSO

Noemí tenía un pariente por parte de su esposo Elimelec, que se llamaba Booz y era muy rico e influyente.

Un día Rut le dijo a Noemí: Déjame que vaya al campo, a ver si algún segador me permite ir detrás de el recogiendo espigas.
Ve, hija mía, le respondió su suegra.

Rut, pues, fue al campo y se puso a recoger las espigas que dejaban los segadores. Y tuvo la suerte de que aquel campo fuera de Booz, el pariente de Elimelec. En eso, Booz llego de Belén y saludo a los segadores:

¡Que el Señor este con ustedes¡
¡Que el Señor le bendiga a usted¡ le respondieron ellos.
Luego Booz le pregunto al capataz de los segadores:
¿De que familia es esa muchacha?

El capataz le contesto:

Es una moabita, que vino de Moab con Noemí.

Me pidió permiso para ir detrás de los segadores recogiendo espigas, y se ha pasado trabajando toda la mañana, hasta ahora mismo que ha venido a descansar un poco.

Entonces Booz le dijo a Rut:

Escucha, hija mía, no vayas a recoger espigas a ningún otro campo.

 Quédate aquí, con mis criadas, y luego síguelas a donde veas que los segadores están trabajando. Ya he dado órdenes a mis criados para que nadie te moleste.
 Cuando tengas sed, ve a donde están las vasijas del agua y toma de la que ellos sacan.


Rut se inclino hasta el suelo en señal de respeto, y le pregunto a Booz:

¿Por qué se ha fijado usted en mí y es tan amable conmigo, siendo yo una extranjera?

Booz respondió:

Se muy bien todo lo que has hecho por tu suegra desde que murió tu marido, y tambien se que dejaste a tus padres y a tu patria por venir a vivir con nosotros, que éramos gente desconocida para ti.
¡Que Dios te lo pague¡ ¡Que el Señor y Dios de Israel, en quien has buscado amparo, te premie por todo lo que has hecho¡( Rut 2: 1-12 ).

MADRE ESPIRITUAL

En un lugar de los montes de Efraín, llamado Rama, vivía un hombre de la familia de Zuf, cuyo nombre era Alcana. Era hijo de Jeroham y nieto de Eliu. Su bisabuelo fue Tohu, hijo de Zuf, que pertenecía a la tribu de Efraín. Elcana tenía dos esposas. Una se llamaba Ana, y la otra Penina.

Penina tenía hijos, pero Ana no la tenia. Todos los años salía Elcana de su pueblo para rendir culto y ofrecer sacrificios en Silo al Señor todopoderoso.

Allí había dos hijos del sacerdote Eli, llamados Ofni y Finees, que tambien eran sacerdotes del Señor.

Cuando elcana ofreció el sacrificio, daba su ración correspondiente a Penina y a todos los hijos e hijas de ella, pero a Ana le daba una ración especial, porque la amaba mucho, a pesar de que el Señor le había impedido tener hijos. Por esto Penina, que era su rival, la molestaba y se burlaba de ella, humillándola porque el Señor la había hecho estéril.

Cada año, cuando iban al templo del Señor, Penina la molestaba de este modo; por eso Ana lloraba y no comía. Entonces le decía Elcana, su marido: Ana, ¿Por qué lloras? ¿Por qué estas triste y no comes? ¿Acaso no soy para ti mejor que diez hijos?

En cierta ocasión, estando en Silo, Ana se levanto después de la comida. El sacerdote Eli estaba sentado en un sillón, cerca de la puerta de entrada del templo del Señor.

Y Ana, llorando y con el alma llena de amargura, se puso a orar al Señor y le hizo esta promesa: Señor todopoderoso: si te dignas contemplar la aflicción de esta sierva  tuya, y te acuerdas de mi y me concedes un hijo, yo lo dedicare toda su vida a tu servicio, y en señal de esa dedicación no se le cortara el pelo.

Como Ana estuvo orando largo rato ante el Señor, Eli se fijo en su boca; pero ella oraba mentalmente. No se escuchaba su voz; solo se movían sus labios. Eli creyó entonces que estaba borracha, y le dijo:

¿Hasta cuando vas a estar borracha? ¡Deja ya el vino¡

No es eso, Señor contesto Ana. No es que haya bebido vino ni alguna bebida fuerte, sino que me siento angustiada y estoy desahogando mi pena delante del  Señor.

No piense usted que soy una mala mujer, sino que he estado orando todo este tiempo porque estoy preocupada y afligida.

Vete en paz, le contesto Eli, y que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido.

Muchísimas, gracias contesto ella.

Luego Ana regreso por donde había venido, y fue a comer, y nunca más volvió a estar triste. (1 Samuel 1: 1-18)

AGRADANDO AL ESPOSO

Asi tambien ustedes, las esposas, sométanse a sus esposos para que los que no creen en el mensaje puedan ser convencidos, sin necesidad de palabras, por el comportamiento de ustedes, al ver ellos su conducta pura y respetuosa.

Que el adorno de ustedes no consista en cosas externas, como peinados exagerados, joyas de oro o vestidos lujosos, sino en lo íntimo del corazón, en la belleza incorruptible de un espíritu suave y tranquilo.

Esta belleza vale mucho delante de Dios. Pues este era tambien, en tiempos antiguos, el adorno de las mujeres santas; ellas confiaban en Dios y se sometían a sus esposos. Asi fue Sara, que obedeció a Abrahán y le llamo MI SEÑOR. Y ustedes son hijas de ella, si hacen el bien y no tienen miedo de nada. (1 de San Pedro 3:1-6).



1 de Pedro 3: 1-6:

3:1. Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabras por la conducta de sus esposas.

2. Considerando vuestra conducta casta y respetuosa.

3. Vuestro atavió no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos.

4. Sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.

5. Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos.

6. como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario